Sí, ese es el timpo que pasó desde que vi a alguno de los compañeros de la primaria y secundaria con los que me acabo de reunir. Todos tomamos caminos diferentes. Algunos siguieron en contacto entre ellos, otros no tanto. Algunas mujeres casadas, divorciadas y con hijos. De los varones solo uno casado, otros con novias. Cada quién una vida diferente, una historia que fue compartida por un pequeño lapso de tiempo hace ya muchos ayeres. Muchos estuvieron juntos desde inicios de la primaria, otros solo estuvieron al final de esta, o solo en la secundaria, o en un tramo de ella. Algunos lazos fuertes se crearon que aún perduran, y otros apenas se crearon en esta reunión.
Fue agradable el reencuentro, recordar anécdotas, compañeros, maestros, reconocer amigos, recordar cómo fuimos en aquel entonces. Todos cambiamos, y al mismo tiempo seguimos iguales. Las elecciones tomadas fueron congruentes con nuestra manera de ser, lástima por algunos. También hubo excepciones, contados cambiaron, porque solo así podían crecer, pero será tal vez para en entrada.
De los contactados asistimos la mitad, y aun así faltaron muchos para crear un verdadero evento de reencuentro, pero incluso los que no estuvieron presentes hicieron su aportación, dejaron su huella, tal vez leve, en nuestras consciencias. Recapitulando después, también hubo quienes no fueron siquiera mencionados. Tal vez si alguno de los que faltó hubiera llegado, habría aportado el eslavón para regresarlos del olvido.
Por mi parte, fue agradable recordar, pero creo que esa etapa no me fue tan significativa. Mis mejores amigos a la fecha, surgieron poco después. Seguramente habrá otro reencuetro, volverá a haber caras viejas que se verán como nuevas, pero tendré el gusto de decir que acudí al primero.