Viviendo solo y fuera de casa la mayor parte del día, la basura tiende a acumularse y es difícil deshacerse de ella. Si está revuelta, menos ganas dan de lidiar con ella. Bajo estas circunstancias, me puse a hacer un pequeño experimento.
Además de separar la basura orgánica de la inorgánica, fui un pequeño paso más adelante, y a la inorgánica comencé a darle una pequeña enjuagada (ni siquiera con jabón, pero lo necesario para quitarle los restos orgánicos a envaces, latas, bolsas, vasos, tetrapack, etc), y una vez seca, ponerla en una bolsa aparte.
De la orgánica, la del baño y una pequeña parte miscelánea, trato de tirarla con el camión de la basura, y mientras tenerla en una bolsa cerrada.
La separada la tengo en un lugar donde no me estorbe, mientras encuentro un tiempo para tirarla en el lugar apropiado. Encontré una tienda de autoservicio que tiene contenedores para reciclar la basura, y cada que voy por despensa aprovecho para tirar lo acumulado.
El resultado: la cantidad de basura orgánica, del baño y otra es mínima, y si la bolsa está bien cerrada y es resistente, aunque se acumule no emite olores ni hay moscas. La separada es la que más espacio ocupa, pero gracias a la enjuagada, no hay olores y la puedo tener almacenada por más tiempo, y en su momento tirarla en los contenedores para reciclarla. La cantidad de basura que se va al camión apenas y amerita la propina.
Por ahora es un experimento de una sola persona, trataré de ver cómo funciona aplicado a mi familia, pero por lo pronto me permite quitarme un pendiente extra de la cabeza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario