lunes, noviembre 05, 2007

... y el júbilo se mezcla con la muerte.

Es una frase de Octavio Paz, que vi en una de las ofrendas del "Día de Muertos" en el Zócalo, y que me gustó.

El Día de Muertos es una ocasión para recordar a los seres queridos que se nos han adelantado, pero con quienes seguramente algún día nos volveremos a reunir. De no ser por los eventos de este año, esta festividad seguiría sin tener significado para mi. Recordar a los que ya no están, en mi caso particular, mi papá; recordar cómo fueron en vida, cómo influyeron en nosotros, y que implica el que ya no estén.

Mi mamá hizo una pequeña ofrenda, aunque sin dedicación especial. Mi compañero de departamento también, dedicada a su mamá que recientemente falleció. Yo simplemente recodé a mi papá en mi corazón, como acostumbro hacerlo de vez en cuando. Usualmente no siento su ausencia, aunque a veces su recuerdo como que quiere empañar mis ojos. Lo que extraño, pienso yo, es el apoyo que sentía tan solo con su presencia, y su fe en mi.

La muerte es parte de la vida, y en el momento menos esperado a todos nos llegará. Recordemos a nuestros muertos, recordemos los momentos que pasaron con nosotros, celebremos que estamos vivos, y celebremos que ellos ya descansan en paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te extraño