Hace poco salí en moto, y me asombré del poco tiempo que hice en mi recorrido. Fui rápido, pero consciente de todo, alerta, disfrutando el camino, todo bien. Luego me puse a pensar en las veces que me ha tocado llevar prisa, y como por eso he estado a punto de tomar algunas malas, peligrosas decisiones en el trayecto.
Conclusión: nunca ir rápido cuando se lleve prisa, porque por la premura puede uno tomar malas decisiones. Es mejor ir con tiempo, y disfrutar cuando se puede ir rápido, sabiendo que no existe la presión de la premura.
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